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El alcalde de Inca, Rafel Torres (PP), ha solicitado formalmente a Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM) la devolución del aparcamiento de la plaza Antoni Mateu, más conocido por ‘es Campet des Tren’. Dicha infraestructura, que el actual Govern cerró poco después de acceder al poder con el pretexto del ahorro, es propiedad del Ajuntament d’Inca. Sin embargo, en virtud de una convenio entre ambas instituciones, Serveis Ferroviaris debía de gestionarlo y mantenerlo abierto hasta el año 2039.

Los partidos de la oposición, y en especial Més, habían exigido en varias ocasiones a Torres que reclamara la reapertura del parking, y hasta se llegó a aprobar una moción, por unanimidad, en la que se exigía su devolución. Pero todo siguió igual. El último intento de la administración pública para reabrirlo se registró en diciembre de 2012, cuando SFM sacó a concurso la explotación del aparcamiento de Antoni Mateu, junto a otros dos de Palma, pero ninguna empresa se interesó por la infraestructura inquera.

Tres opciones

«El concurso quedó desierto y el parking sigue cerrado. En este contexto, hemos solicitado a SFM que nos lo devuelva», explicó Torres, que no ha recibido aun respuesta formal a su demanda. El alcalde indicó que el Ajuntament contempla ahora –si Serveis Ferroviaris accede a su demanda– tres opciones: que lo gestione el mismo Consistorio, ceder su explotación a la asociación de comerciantes de Inca o reconvertirlo en dependencia municipal. Sobra esa última opción, el alcalde insinuó que quizás podría utilizarse para alojar vehículos municipales. «Está infrautilizado, una infraestructura así no puede seguir cerrada», sentenció Torres.

Pese a tratarse de una instalación joven (se abrió en 2004), ni los inquers ni la gente de otras localidades jamás han aprovechado el parking del Campet des Tren. O quizás la administración no ha sido capaz de promoverlo. Se halla al lado de la estación de tren, está cerca de las calles con más oferta comercial, en una zona de la ciudad donde para encontrar una plaza de aparcamiento libre hay que dar varias vueltas, pero la infraestructura, estando abierta, casi siempre estaba vacía. Habrá que ver si ahora, con una Inca que sigue sin ORA y con una escasez manifiesta de aparcamiento, alguien se decide por fin a sacarle provecho.