El pleno en el que se ha producido el traspaso de poderes ha sido muy emotivo. | Elena Ballestero

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Joan Antoni Ripoll (PP) es, desde ayer por la tarde, el nuevo alcalde de Mancor de la Vall. Un cargo que asume con la idea de «ser una persona próxima al pueblo, pendiente de las necesidades y sensible con las situaciones especiales derivadas de la crisis». Sustituye en el cargo al histórico, Bernadí Coll (PP), que se retira de la vida pública municipal después de 18 años de dedicación (todos ellos con mayoría absoluta), para centrarse de lleno en su trabajo como conseller de Cooperació Local del Consell de Mallorca.

El pleno, cargado de emoción, y en el que estuvieron presentes numerosos altos cargos del PP (Bauzà, Salom, Rotger, Soler, Gómez, Cirer...) fue ciertamente atípico, al tratarse de una sesión plenaria ordinaria que incluía entre sus puntos del orden del día una moción presentada por PSM–IV en contra del TIL.

Bernardí Coll pidió a la oposición que retirara la moción, al entender que no era el día para debatirla, y anunció que, en el caso de que no se retirara, votarían en contra. Ante esta situación la oposición decidió abandonar el pleno a modo de protesta, sin esperar a que se produjera el relevo en la Alcaldía, reprochándole a Coll que no hubiera convocado un pleno extraordinario para elegir al nuevo alcalde y evitar así esta situación.

La despedida de Bernadí Coll fue emotiva, con un punto irónico, con guiños a sus mentores políticos (Gabriel Cañellas, Pere Rotger...). Teorizó sobre su corazón «de izquierdas», reivindicó a las personas «por encima de las ideologías políticas», recordó a todos aquellos que han estado a su lado estos 18 años de mayoría absoluta y se disculpó por los errores que haya podido cometer.

Bromeó con su «torpeza» protocolaria al no invitar personalmente a Bauzà y a Salom y sí invitar a Cañellas, Pere Rotger, Joan Rotger, Pere Figueroler y Toni Gómez».