El pozo de Son Bordils se halla a pocos metros de la carretera entre Inca y Sineu. | Elena Ballestero

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Un informe técnico del Consell de Mallorca defiende que el pozo de Son Bordils «requiere una intervención urgente», dado el deterioro en que se encuentra. El pozo de Son Bordils se levantó entre los siglos XVI y XVIII y está inscrito como bien etnológico en el catálogo municipal de Inca, y pertenece a un particular.

Dos meses atrás, la entidad proteccionista ARCA denunció ante el Consell y el Consistorio inquer que el pozo se había deteriorado, que «estaba a punto de venirse abajo» y les pedía que actuaran para evitar su desaparición. Advertía de que la parte superior del singular arco de medio punto que distingue la construcción comenzaba a caerse.

Misiva

En este marco, el Consell ha enviado recientemente un escrito al Ajuntament d'Inca reconociendo que ARCA lleva razón en su demanda de restauración, pero también recuerda que es el propietario del pozo, y el Consistorio en su defecto, quién debe acometerla con el fin de «garantizar permanencia del inmueble». En caso de que la propiedad no lo rehabilite, el Consistorio debería actuar subsidiariamente y luego cobrar el importe a la propiedad.

Según el Consell, habría que limpiar la vegetación próxima al pozo, recolocar las piezas deterioradas, consolidar la actuación e instalar una polea. También colocar un cartel en la carretera que señalice el bien.

Las casas de Son Bordils, otro elemento catalogado y de otro propietario, también se hallan en muy mal estado de conservación. En la actualidad hay un litigio judicial abierto al respeto.