Cerca de 300 personas participaron ayer por la mañana en una manifestación convocada por el GOB, el Grup d’Amics del Medi Ambient (Gadma) y Amics de la Terra, en contra de la construcción de un campo de golf en los terrenos de Son Saletes, propiedad del ex alcalde de Sencelles Ventura Rubí (PP). | Elena Ballestero

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Cerca de 300 personas participaron ayer por la mañana en una manifestación convocada por el GOB, el Grup d’Amics del Medi Ambient (Gadma) y Amics de la Terra, en contra de la construcción de un campo de golf en los terrenos de Son Saletes, propiedad del ex alcalde de Sencelles Ventura Rubí (PP).

El proyecto, que dispone de un interés general desde septiembre del 2012, ocupa terrenos de los municipios de Sencelles y Binissalem, cuyos ayuntamientos han prohibido expresamente en sus respectivas normativas urbanísticas (la de Sencelles aún está en tramitación) la construcción de este tipo de instalaciones en su suelo rústico.

El Ajuntament de Sencelles, gobernado por Convergència, PSOE–Independents y EUIB, se ha pronunciado reiteradamente contra la concesión del interés general y alega que el proyecto pone en peligro el suministro de agua al núcleo. El regidor, Francesc Oliver (PSOE–ISIB), explicó ayer que «ultimamos la presentación de un contencioso después de que el Consell haya rechazado nuestro último recurso administrativo. Durante la manifestación, la portavoz del GOB, Margalida Ramis, denunció la reactivación de «proyectos como este o los de sa Ràpita o ses Fontanellas», sobre los que opinan que «no existe tanto un interés real por desarrollarlos en tiempos de crisis, sino que sabemos que hay un interés de ir consolidando derechos urbanísticos para tener opción posteriormente a pedir indemnizaciones».

En el mismo sentido se manifestó Bernat Fiol, de Gadma, quien considera «vergonzoso que hoy en día se hable de construir más campos de golf en esta tierra como si no estuviera suficientemente puteada».

La portavoz de Amics de la Terra, Rebeca Moreno, denunció que los gobernantes «quieren justificar el giro que están dando las políticas territoriales con la excusa de generar trabajo».

El proyecto del golf de Son Saletes ocupa una superficie de más de 600 hectáreas de los que una mínima parte está en Binissalem.