La Festa del Tondre reunió a una veintena de ‘tonedors’ que mostraron este arte. | Assumpta Bassa

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Es Llombards revivió ayer el antiguo oficio de tondre, el esquilado de las ovejas a la antigua usanza. Un trabajo artesanal que se lleva a cabo con unas tijeras especializadas. Todo un arte que se ha ido pasando de generación en generación y que los vecinos del núcleo muestran año tras año, para que no se pierda la tradición, en una gran fiesta en la que se reúnen los tonedors y ofrecen una exhibición.

El acto tuvo lugar en el campo de fútbol Can Martina. A primera hora de la mañana se reunieron una veintena de tonedors para ponerse en marcha. Hubo un pasacalles por el pueblo acompañados por los xeremiers. Se esquilaron 33 ovejas ante la mirada curiosa de muchos vecinos pero también de turistas que se acercaron al recinto para fotografiar esta tradición. El alcalde Miquel Vidal (PP) fue uno de los primeros que se metió en faena. También la presidenta del Consell, Maria Salom, quiso probar con las tijeras.

Miquel Contestí, alcalde pedáneo de es Llombards comentó que «damos a conocer un antiguo oficio que no se ha de perder ya que es testimonio de una profesión que forma parte de la historia de la payesía mallorquina».