Miles de personas participan en la feria agrícola y ganadera de la ‘vila’ del Pla, una de las más antiguas de Mallorca | Joan Socies

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Al ser una feria tradicional podría no tener ningún encanto ni atractivo para el visitante, pero, Sineu es vila primera, y por ello mantiene intacto su reclamo después de cientos de años llamando a todos los mallorquines a celebrar la feria por antonomasia de las ferias. ¿Dónde sino podemos encontrar los primeros albaricoques mallorquines del año?, o apreciar las nuevas máquinas, tractores y cosechadoras, que dentro de un mes ya trabajaran a destajo en los campos de cereales de Mallorca. La Fira de Sineu sigue siendo una bandera entre las ferias de la isla, y no sólo por los berenars de frit, también por sus 695 años de tradición desde que el rey Sanç I estableció feria el primer domingo de mayo.

Los animales más diversos, entre conejos, caballos y ovejas o productos más tradicionales como greixoneres o polleres hasta

los utensilios más modernos para trabajar el campo o ayudarnos en la cocina.
A las diez y media, las autoridades reunidas en Sineu, las locales, encabezadas por el alcalde, Pere Joan Jaume (PP), junto al conseller del Govern Gabriel Company y la consellera insular Catalina Soler recorrieron las calles del pueblo.

Las diferentes exposiciones, de cerámica, de pintura, de objetos africanos e incluso las bicicletas tuneadas con vistas a la próxima fiesta del Much fueron algunos de los atractivos de una de las ferias más emblemáticas de Mallorca. Tal vez por ello, por su sabor de antaño y su aprecio y arraigo a la tradición sigue siendo un referente para los isleños.