Cientos de personas han asistido a la Fira. | Elena Ballestero

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Santa Maria es un municipio con una fuerte conciencia medioambiental y social y su Fira es buena prueba de ello. Pese a la lluvia cientos de personas disfrutaron ayer en de un comercio sostenible en el que casi todo tiene cabida, desde la producción de agricultura ecológica, a la artesanía, la bioconstrucción, las energías renovables y porqué no, hasta la Plataforma Stop Desahucios, a quien, curiosamente, el Ajuntament realojó, a resguardo de la lluvia, en una carpa que había quedado vacía.

La Fira Sostenible ha sido la principal novedad este año. Tiene como objetivo promocionar de manera especial a las empresas de los sectores de energías renovables, bioconstrucción y transporte sostenible que trabajan en Mallorca, un espacio de consumo responsable y eficiencia energética. Participaron 20 empresas en esta primera edición.

«En unos momentos de crisis medioambiental (en los que consumimos más recursos de los que el planeta puede producir) y de crisis económica es necesario promocionar alternativas que nos permitan reducir las emisiones de CO2 y es necesario fomentar las empresas que pueden reactivar la economía local como es el caso de las empresas que participan en esta Fira», dijo la alcaldesa Rosa Vich.

Pese a su cuidada conciencia social, la Fira de Santa Maria no pierde su esencia tradicional. Hay flores, fruta, artesanía, animales, maquinaria agrícola y una buena muestra de exposiciones de diferentes artistas repartida en los principales espacios públicos de la localidad.