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Coincidiendo con el 14 de abril, día en que se proclamó la II República española en 1931, varios municipios de la Part Forana rindieron tributo a sus vecinos asesinados y represaliados por los fascistas tras estallar la Guerra Civil de 1936.

En Manacor, el cementerio de Son Coletes acoge anualmente un homenaje a las víctimas del municipio organizado por el Comitè de Son Coletes. Con una bandera republicana presidiendo el acto, Francesca Vadell, en representación del comité, leyó un manifiesto en el que se volvió a reclamar al Ajuntament de Manacor que se «instale el mural de Andreu Frau y diseñado por Jaume Ramis», en reconocimiento a todas las personas que padecieron la barbarie fascista.

Seguidamente, Tania Vicente Caldentey -sobrina del último alcalde republicano de Manacor, Antoni Amer Garanya- y Francisca Alomar -hija del matrimonio de relojeros de Llubí residentes en la ciudad que también fueron asesinados-, depositaron sobre la fosa común una corona de laurel entre la emoción de los presentes.

Tras varias actuaciones musicales, lecturas de poemas tuvieron lugar varios testimonios de vecinos cuyas familias padecieron la represión, mientras que otros aprovecharon para reflexionar en voz alta sobre los valores republicanos y la situación política y socioeconómica del momento. Una vez finalizado el acto, los asistentes también aportaron su grano de arena colocando claveles rojos en la misma fosa.

En Santa Maria el primer homenaje a los republicanos que murieron asesinados por los fascistas data de 1977. El acto fue entonces un reconocimiento al alcalde de Búger, Joan Alemany, asesinado en el cementerio de Santa Maria. En 1981 se instalaba un monolito en recuerdo de todos los santamariers que murieron asesinados por los falangistas.

Desde 1999 la Comissió 14 d’abril, viene organizando anualmente distintos actos de homenaje coincidiendo con el aniversario de la proclamación de la segunda república. Josep Juarez (luchador sindicalista) fue el encargado ayer de realizar el parlamento que versó entorno a L’estaca de Lluis Llach «que años más tarde, aún con la cuerda más larga nos mantiene atados».

El acto concluyó pasadas las 12.30 horas en el cementerio de Santa Maria con los xeremiers tocando el himno de Riego.