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Un grupo de vecinos de la urbanización de Son Macià (Marratxí) se concentró ayer en la calle Gardenia de esta localidad para manifestar su oposición al desarrollo del polígono de servicios proyectado en la zona desde el año 1987.

Pese a que hace ya 25 años que las normas subsidiarias del municipio contemplan el desarrollo de un polígono destinado a albergar comercios, escuelas, oficinas o centros deportivos; un portavoz vecinal reconoce que «no se habían enterado» de que el planeamiento urbano permitía la ejecución de un proyecto de tales características.

Los vecinos concentrados ayer exigen, en primera instancia, la paralización de la ejecución de proyecto o que, en su defecto, se aleje al menos 500 metros de la zona residencial. Desde el equipo de gobierno que preside el alcalde Tomeu Oliver (PP) recuerdan que el Ajuntament «no puede saltarse la ley y que la seguridad jurídica existe para todos». Frente a las quejas vecinales por el posible incremento del tráfico por las calles de la urbanización una vez se abra el polígono, el Consistorio construirá un nuevo vial de acceso que conectará directamente con la autopista de Inca «para evitar a toda costa que el acceso a la zona comercial tenga que ser de forma exclusiva a través de las casas». «Gracias al nuevo vial las personas que quieran acceder a la zona comercial podrán hacerlo sin necesidad de molestar a ningún vecino», sostiene Oliver.