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«Día histórico». «Celebración». «Constancia». «Agradecimiento». Estas cuatro palabras salieron ayer de la boca de los actuales representantes del GOB y PSM, tras casi veinte años de espera. La banda sonora era el ruido de las máquinas excavadoras haciendo añicos los 13 bloques de apartamentos de ses Covetes, en Campos.

Sin duda la lucha más larga del ecologismo mallorquín se plasmaba en las caras de satisfacción de los herederos de aquellos políticos y ecologistas que pusieron veinte millones de pesetas para poder paralizar las obras. Como recordaba ayer Miquel Àngel March, «la paralización fue definitiva para el futuro y, hoy, gracias a aquella acción podemos hablar de demolición. Se trata del triunfo de la constancia, 19 años de disputas, que la valentía, el rigor, el coraje y la constancia de los abogados nos han llevado hasta el día de hoy».

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La actual presidenta del GOB, Magdalena Ribes, señalaba que «esta es una gran victoria del trabajo bien hecho y de no perder nunca la esperanza por parte de aquella gente que quiere conservar Mallorca y sus valores naturales». Ribes también agradeció el trabajo de los abogados y de las personas que pusieron parte de su patrimonio personal para luchar contra una ilegalidad. «Por ello hoy podemos celebrar este derribo».

Por su parte el portavoz del PSM, Biel Barceló, señaló que se trataba «de un día importante para la lucha ecologista, un día para celebrar y felicitar a las personas del GOB y el PSM que decidieron poner el pleito, con su patrimonio en juego. Gente que perseveró con el apoyo del equipo jurídico que no ha aflojado en su lucha». A la vez, Barceló también recordó que «se ha ganado una batalla pero hay que seguir luchando cada día en nuevos frentes como en ses Fontanelles, en Palma, o el complejo hotelero de sa Ràpita».

Guillem Vidal, portavoz del PSM-Entesa de Campos, recordó que «para Campos esta foto que ahora se acaba no tenía que haber existido» y señaló que «ahora el plazo de finalización no tiene ningún interés, lo importante es que ya se ha empezado el derribo».