Los regidores Malena Estrany y Tomeu Fuster abandonaron hace poco más de un mes la Lliga para pasar al grupo no adscrito aunque se han mantenido en el equipo de gobierno municipal hasta ayer a mediodía, cuando comunicaron formalmente la ruptura. g Foto: E.B. | J.A.Ruiz

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La crisis del gobierno municipal de Pollença era un secreto a voces y ayer terminó por estallar. Los regidores no adscritos Malena Estrany y Tomeu Fuster (ex Lliga) comunicaron formalmente a mediodía que dejan el equipo de gobierno municipal para integrarse en la oposición.

El gobierno de Pollença, con Bartomeu Cifre Ochogavía (PP) al frente, queda así con seis regidores (cinco del PP y uno de la Lliga) frente a los once que suman los partidos de la oposición (Alternativa. PSOE, CiUxP, PSM, UMP, Esquerra y el grupo no adscrito). Cifre Ochogavía asumirá por el momento las áreas de Economía, Hacienda, Cultura, Juventud, Deportes y la delegación de Cala Sant Vicenç que gestionaban sus ya ex socios, a la espera de iniciar a partir de la semana próxima una ronda de reuniones con todos los grupos con representación municipal.

Moción de confianza

La noticia de la ruptura del gobierno local corría ayer como la pólvora en las redes sociales y el portavoz del PSM, Bartomeu Cifre Bennàssar, fue el primero en solicitar que el alcalde se someta a una moción de confianza. El líder de Alternativa, Pepe García, opinó que «al alcalde ha pecado de soberbio». La vista está ahora puesta en Convergéncia i Unió per Pollença (en la oposición) dado que Convergència y la Lliga trabajan a nivel insular para fusionarse en la nueva formación regionalista el PI. En este sentido, Jaume Font, portavoz del PI, recordó ayer que ambos partidos acordaron «respetar todos los pactos municipales hasta final de legislatura» y aseguró que «El PI asumirá la responsabilidad de dar estabilidad en Pollença».

Malena Estrany y Tomeu Fuster, hicieron pública ayer su renuncia a través de un comunicado en el que eluden hablar de su salida de la Lliga (rompieron con el partido hace más de un mes a raíz de la creación del PI) y apuntan a «los problemas de comunicación, y coordinación del equipo de gobierno en el último medio año» como causa de la ruptura.

El alcalde de Pollença, Bartomeu Cifre Ochogavía, opina que «el pacto y los acuerdos con la Lliga para mejorar la coordinación y la comunicación se han cumplido». «Son ellos los que no se han adaptado», dice en referencia a Fuster y Estrany de la que asegura que «no ha sabido dejar a un lado los personalismos y pensar en el bien común».