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El alcalde de Bunyola, Jaume Isern, noqueó anoche a su homólogo en Palmanyola, el pedáneo Ramón Oliver, en la pugna que les enfrentaba por la presidencia de la junta local del Partido Popular.

Desde las tres de la tarde hasta las nueve y media de la noche, 195 de los 250 afiliados del PP en el municipio depositaron su voto en la urna instalada en el vestíbulo del restaurante Can Penasso, terreno neutral a medio camino entre el pueblo de Bunyola y la urbanización de Palmanyola. Neutralidad que, sin embargo, no evitó la aplastante victoria de Isern con el 70 por ciento de los votos emitidos, frente al 30 por ciento capitalizado por Oliver.

Tras el recuento de las papeletas (137 frente a 58), el alcalde de Bunyola manifestó que la «clara victoria» conseguida demuestra que los afiliados del PP en el término municipal «han optado por la integración del municipio y no por su separación». En este sentido, Isern se congratuló de que el proceso electoral haya servido para evidenciar que las bases del PP han depositado su confianza «en la lista integradora que representa a todo el municipio y no a la que sólo representa a una parte del mismo».

Finalmente, Isern agradeció el apoyo recibido y destacó la altísima participación en la votación, que alcanzó el reseñable porcentaje del 78 por ciento. Un grado de participación que, por su parte, Oliver calificó de «clave» a la hora de justificar su derrota y buscar razones en la clamorosa victoria de su rival. Aunque su afirmación: «Bunyola ha ganado», no deja claro del todo si éste -el rival- era ayer el alcalde Isern o el pueblo bunyolí . Sea como fuere, Oliver dejó constancia de su enhorabuena al ganador con un frío y fugaz apretón de manos.

Alta tensión

La división, sino enfrentamiento, entre los máximos dirigentes de la Entidad Local Menor de Palmanyola y el Ajuntament de Bunyola quedó patente cuando, al ser preguntado por si el resultado de las votaciones de ayer tendrá efectos en las relaciones futuras entrambas instituciones, Oliver respondió que «todo continuará igual o peor». Innegable clima de tensión reconocido hasta por el presidente de la junta insular del PP, Jeroni Salom, quien, desde su papel de ojeador, advirtió de que «hay que limar asperezas por el bien de todos».