Los responsables del proyecto posan junto a algunos de los participantes.

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Las personas de Santa Margalida que cobran una renta de inserción social (ayuda económica que otorga el IMAS a personas en riesgo de exclusión) prestan a cambio servicios a la comunidad. Limpieza y mantenimiento de parques y jardines, de los edificios municipales, del Punt Verd... Las opciones son muchas y variadas. De los 25 beneficiarios de restas de inserción del municipio, 12 ya se han sumado a este proyecto, pionero en los municipios de la Part Forana.

La idea surgió de la regidora de Servicios Sociales de Santa Margalida, Beatriz Gamundí, que en una reunión con los responsables del IMAS, celebrada el pasado 15 de febrero solicitó formalmente que el reglamento que regula las rentas de inserción social contemplara la posibilidad de que los beneficiarios prestaran a cambio servicios a la comunidad. «Había un vacío en el decreto que nos dejaba en una situación de inseguridad jurídica a la hora de ejecutar un plan como este, especialmente necesario teniendo en cuenta los recortes que hay en las ayudas, en la formación y en la reinserción», dice Gamundí.

El proyecto permite que personas en riesgo de exclusión salgan de sus círculos habituales para formarse en el desempeño de un trabajo determinado favoreciendo su reinserción laboral.

Hilario Iturde y Paco Pérez se han encargado de la rehabilitación del parque infantil situado junto al centro de día de la Vila. «Para mí es algo grande poder ayudar y contribuir a la comunidad», explica Iturde.

«Es un proyecto interesante, si la gente ve cómo trabajas es más fácil que te pueda salir otro trabajo y mi intención es la de trabajar, además mejoro mi español», explica Heike Steinbrecher que limpia las dependencias de Can Picafort.