La entrada a la iglesia, situada junto al convento de la congregación y al colegio de Sant Vicenç de Paül.

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Las Germanes de la Caritat, cuya tradición en el convento de Sant Vicenç de Paül de Manacor se remonta a 1847, abandonarán el edificio conventual el próximo lunes 13 de agosto.

Desde el Consell General de la hermandad aseguran que «la razón principal de la marcha es la necesidad que tienen las hermanas de descansar». Por la comodidad de ellas, creen conveniente su traslado a otros inmuebles mejor equipados para que puedan atender sus necesidades y sus cuidados.

Las hermanas explican que «ya se encuentran muy mayores», así que entienden que es necesario su traslado a otras dependencias religiosas de la Congregación. Así mismo, no todas irán al mismo lugar sino que se repartirán entre diferentes edificios.

Por el momento, el convento quedará vacío ya que no hay nuevas monjas que se ocupen del santuario. Según comentan las hermanas, «ya no hay fe para hacerse monja entre las jóvenes» y por lo que no queda más remedio que el convento quede desierto hasta que nuevas monjas decidan instalarse de nuevo.

Enseñanza

Por otro lado, el colegio concertado Sant Vicenç de Paül, ubicada junto al convento, continuará siendo gestionado como hasta ahora, ya que desde hace años, las hermanas ya no se encargaban de la enseñanza. Así, el centro educativo no se verá afectado por la marcha de las monjas.

Tiempo atrás, las hermanas eran las encargadas de impartir las clases en el colegio pero con el paso del tiempo fueron ocupando su lugar maestros laicos. El Consell General reconoce que «los alumnos de la escuela estaban tristes porque para ellos son como sus abuelas». Según cuentan, «todos disfrutaban del convento y de las hermanas por lo que las echarán en falta».

A pesar de la tristeza que supone para los alumnos del colegio y el vacío que dejarán en la ciudad, la marcha de las monjas tiene como principal objetivo mejorar su bienestar.