Imagen de uno de los campos de cultivo captada hace ahora un año, tras el incendio. | Antoni Pol

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El 6 de julio de 2011, una chispa de una radial prendía accidentalmente la mecha de uno de los mayores incendios que se recuerdan en el municipio de Santa Margalida. El incendio arrasó una franja de 6 kilómetros de largo por medio kilómetro de ancho. 43 familias perdieron toda su cosecha, principalmente de cereales.

Un día después del incendio el Ajuntament de Santa Margalida se ofreció ante la Conselleria de Agricultura, Medi Ambient i Territori del Govern de les Illes Balears para realizar un censo de afectados con el objetivo de acceder a algún tipo de ayuda. Extraoficialmente se valoró la posibilidad de que el Govern balear aportara el grano par resembrar la siguiente cosecha, pero los acuerdos no se formalizaron por escrito y un año después los afectados no han recibido ningún tipo de ayuda. Ahora están a punto de segar los campos.

Cómputo

Las estimaciones hablan de 100 hectáreas de cultivo perdidas. La mayor parte de las pérdidas corresponden a la cosecha de cereal pero también se perdieron algunos frutales. La mayor parte del arbolado tuvo que someterse a podas agresivas por lo que parte de ellos no han dado fruto este año.

Así, los afectados, que ya sufrieron pérdidas económicas importantes, hace ahora un año volverán a padecer nuevas pérdidas en las cosechas de esta temporada.

El 90 por ciento de los frutales han reducido su producción este año y una pequeña porción de los campos de trigo tampoco han dado un buen resultado.