Una de las calles al mediodía de ayer. | Lluc Garcia

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El fuerte calor marcó ayer en Sóller la celebración de la Fira, el día central de las fiestas de mayo que mañana culminarán con el gran simulacro del Firó.

Aunque la Fira empezó algo ‘fría’, a medida que fue pasando la mañana el ambiente se fue caldeando tanto por la presencia de un numeroso público en todas las calles y exposiciones como por las temperaturas que en el Valle fueron propias de pleno verano.

Una de las novedades de esta edición fue la recuperación de la mostra ramadera, realizada en el aparcamiento de la calle Cetre, un evento muy popular que hacía unos años que no se celebraba.

Por allí empezaron su visita oficial las autoridades locales e invitadas. El presidente del Parlament, Pere Rotger, el delgado del Gobierno, José María Rodríguez y el alcalde, Carlos Simarro (PP), juntamente con las Valentes Dones, inauguraron la exposición ganadera a primera hora de la mañana, apara asistir posteriormente a la misa solemne oficiada en la iglesia parroquial.

Fue a la salida del templo cuando un grupo de activistas del colectivo Albaïna y de la nueva plataforma ‘Mallorca lliure de peatges’ desplegaron una pancarta al paso de las autoridades a la vez que gritaron consignas contra el peaje del túnel de Sóller.

Una veintena de vecinos se sumaron al acto de protesta lanzando gritos de «no queremos pagar» en alusión al peaje del túnel de Sóller. «Pagamos para entrar en nuestra casa» rezaba la pancarta. Ninguno de los políticos se acercó a los manifestantes.

Y es que en estas fiestas ya se viene respirando desde el sábado un gran ambiente reivindicativo sobre todo contra la política lingüística y sanitaria del Govern. Nunca hasta ahora se habían colocado tantos lazos cuatribarrados como los que se han visto estos días.

Esta tarde, la celebración, a partir de las 15.30 de la tarde, del gran simulacro de la batalla del 11 de Mayo de 1561, pondrá el punto y final a las celebraciones. Se espera la asistencia de miles de espectadores.