Homenaje masivo al tren de Sóller. | Teresa Ayuga

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Prácticamente todos los estamentos e instituciones de la Isla se dieron cita ayer en Sóller para participar en el acto oficial de celebración del primer centenario del Ferrocarril de Sóller, un evento que sirvió para poner de manifiesto que, justo un siglo después del primer viaje entre Sóller y Palma, este tren sigue siendo uno de los patrimonios más valorados y apreciados por los mallorquines.

A la cita no faltaron las primeras autoridades de Balears, con el president del Govern balear, José Ramón Bauzá al frente, acompañado por el presidente del Parlament, Pere Rotger, y la presidenta del Consell de Mallorca, Maria Salom.

El presidente del Ferrocarril de Sóller, Óscar Mayol, fue el encargado de dar la bienvenida a las autoridades e invitados, y lo hizo acompañado de Pere A. Serra, presidente de la Fundació Tren de l’Art; el consejero del Ferrocarril Vicenç Sastre y Emilio Fernández Miró, representante de la Sucesión Joan Miró, ya que el acto central de la celebración fue precisamente la inauguración del mural cerámico basado en una obra del artista universal –realizado por el ceramista Joan Gardy Artigas– que, desde ayer, ya preside la estación.

Reconocimiento

Antes de proceder a descubrir el mural, Óscar Mayol leyó un emotivo discurso en el que tuvo palabras de agradecimiento y reconocimiento para «los empresarios con visión de futuro que en 1905 constituyeron la empresa para realizar lo que entonces parecía un sueño: unir el Valle con el resto de Mallorca mediante un tren a través de la Serra de Tramuntana».

Mayol recordó que «el capital inicial fue de tres millones y medio de pesetas con acciones de 500 pesetas en las que participó prácticamente todo el pueblo», destacando que fue «una iniciativa privada sin la ayuda de las instituciones que dio aire, riqueza y vida a la ciudad». En su vívido parlamento, Mayol quiso expresar un especial agradecimiento a su hermano, Javier Mayol, fallecido prematuramente unos años atrás, de quien elogió «su visión empresarial de gran alcance al juntar el tren con el arte, para convertirlo en lo que hoy es: un referente turístico y cultural, una empresa que se ha sabido adaptar a los tiempos que corren pasando de ser un transporte público a una parte de la industria turística». También destacó el papel «crucial» que han jugado en el proyecto y en la realidad actual del tren de Sóller Vicenç Sastre y Pere A. Serra, sin dejar de lado la «implicación absoluta y entrega de trabajadores de la empresa y accionistas». A los representantes de la Administración les pidió que a pesar de las dificultades se comprometieran con la continuidad del Tren».

Después de la palabras de Mayol, el president José Ramón Bauzá fue el encargado de romper el «envoltorio» del mural mironiano entre grandes aplausos.

Patrimonio

Por su parte, Pere A. Serra y Emilio Fernández Miró destacaron también en sus parlamentos la implicación del mundo del arte en el nuevo proyecto del Tren de Sóller. El nieto del artista catalán aseguró que «el principal atractivo del Tren de Sóller es su singularidad, de la que sin duda se ha beneficiado toda Mallorca. Fernández Miró puso el Tren de Sóller como «un buen ejemplo de gestión no solo empresarial sino cultural».

Pere A. Serra, presidente de la Fundación Tren de l’Art y presidente del Grup Serra, destacó que «hace unos cien años, a pocos metros de aquí un niño llamado Joan Miró pasaba las vacaciones en casa de sus parientes sollerics y ya pintaba sin sospechar que hoy en este mismo pueblo se alzarían obras suyas como marca cultural. Sin duda, ahora se sentiría muy orgulloso de ver aquí este mural porque amaba Sóller». Pere A. Serra tuvo también palabras de agradecimiento para los impulsores del Tren de l’Art, que han conseguido que el tren sea «todavía más famoso y conocido en todo el mundo».

Pero sin duda, los mayores elogios que ayer se oyeron en relación al Tren de Sóller salieron de la boca de los representantes de las instituciones oficiales allí presentes.

Carlos Simarro, alcalde de la localidad, afirmó que «el Tren de Sóller mantiene con esencia intacta el espíritu inicial de los fundadores de esta obra, que con el esfuerzo colectivo de todo un pueblo logró remontar la ciudad hacia un período de gran esplendor».

Por su parte, la presidenta del Consell de Mallorca, Maria Salom, se refirió al ferrocarril centenario como «uno de los emblemas más internacionales de nuestra Isla y uno de los principales patrimonios culturales de nuestro país, que además supone una ventana excepcional hacia la Serra de Tramuntana, un proyecto que ahora sería impensable llevar a cabo».

Finalmente, el president del Govern Balear, José Ramón Bauzá, elogio el impulso de los pioneros y, sobre todo, «la valentía de los actuales directivos para ponerse a los mandos de la máquina y amar el ferrocarril pieza a pieza».

El president Bauzá se refirió al Ferrocarril de Sóller como «un máquina con alma que integra cultura e historia y que nos permite apreciar la Isla al ritmo de otro tiempo. Sin duda, subirse al Tren de Sóller es una experiencia que todos deberían experimentar y que nosotros no deberíamos permitir que se perdiera».