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La decisión del equipo de gobierno CxI-PP del Ajuntament de ses Salines de apartar de sus funciones a la secretaria municipal se convirtió ayer en un episodio rocambolesco. A primera hora de la mañana, el alcalde Bartomeu Lladonet (CxI) se personó en el Ajuntament, junto con algunos miembros del PP y en compañía de un notario para dar fe de las actuaciones a realizar y del anuncio de apertura de un expediente a la funcionaria en cuestión por «falta de confianza».

Paralelamente, y ante el asombro de los presentes, las cerraduras de todo el edificio municipal se iban sustituyendo por unas de nuevas para evitar la entrada de la funcionaria en las dependencias, quedando el inmueble bajo la custodia de un agente de la Policía Local.

Según fuentes del propio Ajuntament, lo que en un principio tenía que ser una situación «traumática» se convirtió en una negociación «amistosa» entre las partes implicadas para buscar una solución a la problemática.

Este periódico ha podido confirmar que el actual equipo de gobierno estaba descontento con el trabajo que desarrollaba hasta ayer la secretaria y que ya había causado algún que otro conflicto durante el pasado mandato PSOE-UM-NIL.

Las mismas fuentes han afirmado que «era necesario corregir esta situación ya que la parálisis en el Ajuntament había llegado a un punto de no retorno», llegándose al extremo de «tener contratados a dos asesores jurídicos para afrontar el día a día».

Negociación

En estos momentos, el equipo de gobierno y la secretaria están acordando una salida digna y amistosa al desencuentro existente entre las partes. La polémica vivida por la mañana en el Ajuntament de ses Salines obligó al alcalde Bartomeu Lladonet a desconvocar de manera urgente el pleno ordinario previsto para ayer a las 20.00 horas que se aplazó, sin ningún tipo de explicación al respecto, a mañana viernes a la misma hora.

Un episodio que, sin duda, centrará buena parte del punto de ruegos y preguntas de la sesión plenaria del viernes.