TW
0

Ayer en Vilafranca no se hablaba de otra cosa. La preocupación por el futuro del centro de día de la localidad corrió de boca en boca entre los vecinos. La alarma se levantó cuando se propagó el rumor de que el edificio cerraría sus puertas ante la precaria situación de los trabajadores que desde hace cuatro meses no cobran sus nóminas. Los familiares de los usuarios se personaron ayer por la mañana en el centro para conocer de primera mano la situación. También el alcalde, Montserrat Rosselló y otros regidores municipales hicieron acto de presencia para mostrar su apoyo.

La directora del centro, Francisca Llodrá, quiso tranquilizar a los vecinos de Vilafranca y aseguró que no se va a cerrar el centro. «Vendremos a trabajar cada día» a la vez que mostró su preocupación por la «delicada situación que atravesamos». Llodrá contó que «nos pueden cortar la luz, no tenemos todo el personal, el catering que nos sirve la comida no puede cobrar» e incluso expuso que «pago de mi bolsillo las meriendas. Esta situación no se puede mantener». Por ello aprovechó para pedir que se regule la situación.

Por su parte el alcalde defendió que «el pueblo necesita el centro de día» y se comprometió a «mediar para encontrar una solución».

El PSM-IV-ExM remitió un comunicado pidiendo al Govern que «impida el cierre para no dejar sin atención a los usuarios».