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El pueblo de Son Servera saldrá a la calle cada quince días a manifestarse para exigir al Govern que reabra, de manera urgente, la carretera que une el pueblo con Cala Millor, cortada desde hace seis meses a raíz de la paralización de las obras del tren.

La primera concentración reivindicativa se ha fijado para el próximo día 12 de febrero a las 11 horas en la zona del Muller y los participantes llevaran « senalles y càvecs » de manera simbólica para exigir que «se pongan manos a la obra». Una comisión , creada al efecto, establecerá el calendario de actuaciones a seguir. No se descartan futuras movilizaciones, de mayor contundencia, como concentraciones en el paseo marítimo o en el Parlament.

Así se decidió ayer en una reunión convocada por el Ajuntament de Son Servera donde participaron representantes de los diferentes agentes sociales, hoteleros, comerciantes, taxistas, repartidores.. todos afectados por el cierre de esta carretera. Aunque el PP no estuvo presente, quiso dejar constancia que están de acuerdo con esta concentración y informaron que asistirán a la misma el 12 de febrero.

Así pues los serverins han decidido sumar fuerzas para conseguir que se restablezca la normalidad y que se abra el principal acceso desde Son Servera hasta la zona costera.

En el municipio hay mucha indignación, como quedó demostrado en esta reunión. Los comerciantes informaron que han iniciado una campaña de firmas exigiendo soluciones donde ya hay unas 2.000 que se presentaran al Govern.

Durante el verano pasado las obras del tren del Llevant se paralizaron por decisión del ejecutivo autonómico. Son Servera ha sido una de las zonas más afectadas al tener esta carretera cortada. Se trata solamente de un tramo de unos 100 metros que obliga a tener que hacer un desvío de unos tres quilómetros.

El alcalde, Josep Barrientos, explicó a los vecinos que «este no es un tema político. Es una necesidad. Se trata de una situación vergonzosa a la que se debe dar solución. Todo el mundo está muy preocupado por el tema de la carretera». Barrientos recordó que «se cerró en verano y ha habido mucha gente perjudicada».

Incluso algunos vecinos plantearon la posibilidad de coger picos y palas e ir arreglando entre todos estos cien metros de carretera.