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La Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Mallorca (SPAP) interpondrá una denuncia contra el Ayuntamiento de Mancor de la Vall como responsable de la organización de la llamada «bajada del cuervo» por considerar que incumple la Ley de Protección de Animales de Baleares.

La entidad ha explicado en un comunicado que la tradicional celebración que tuvo lugar por última vez el pasado domingo consiste en hacer descender a un cuervo atado con un cordel desde el campanario de la iglesia al suelo de la plaza, algo que, a juicio de la SPAP, va contra la ley de proyección animal vigente en Baleares.

La asociación ha detallado que en la celebración del pasado domingo, el cordel del que pendía el cuervo se rompió y el ave cayó bruscamente al suelo desde una altura importante.

Según el texto de la denuncia, esta actividad en la que se usa un animal infringe la Ley Illes Balears 1/1992, de 8 de abril, de Protección de los animales que viven en el entorno humano en su artículo 4.

Dicho artículo asegura que queda prohibido «el uso de animales en fiestas o espectáculos en los que estos puedan ser objeto de muerte, tortura, malos tratos, daños, sufrimientos, tratamientos antinaturales o en que se pueda herir la sensibilidad del espectador».

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La denuncia indica que la bajada del cuervo también contraviene el artículo 3, punto 2, letra A, en donde se prohíbe «torturar, maltratar o infringir daños, sufrimientos o molestias gratuitas a los animales».

La entidad considera que la bajada del cuervo constituye una infracción grave, cuya sanción puede ir de 1.500 a 15.000 euros.

La SPAP considera además que el espectáculo podría ser constitutivo de un delito de maltrato animal según el Código Penal español, en lo expuesto en su artículo 337 por lo que también ha interpuesto una denuncia ante el juzgado de guardia correspondiente.

Carmen Rojas, miembro de la SPAP y conocedora del caso, lo describe como «un caso flagrante de maltrato animal» y asegura que para espectáculo se utiliza un cuervo que «tiene más de 34 años de vida y que sufre de cataratas».

«Vamos a llegar hasta el final para que este hecho no quede impune. No existe ninguna justificación para actos tan inhumanos como este», señala Rojas.