TW
0

Manacor ya ha dado el pistoletazo de salida a su fiesta más grande: Sant Antoni. Y lo ha hecho a lo grande, con la presentación pública del programa en un acto realizado en Ca na Vallespir que reunió a un numeroso público. Los sonadors interpretaron los primeros acordes, con imágenes de fondo de las celebraciones, y se pudieron escuchar nuevas glosas. Este es un año muy especial porque el Patronat de Sant Antoni celebra su 30 aniversario. Han sido tres décadas en favor de la fiesta, de la recuperación y potenciación de todas las celebraciones. Una fiesta que, a lo largo del tiempo, sufrió altibajos pero que desde hace 10 años vive su máximo esplendor. El patronato ha hecho revivir una de las fiestas más arraigadas y la ha convertido en la fecha más esperada del calendario para todos los manacorins.

Serán 10 días intensos de fiesta que se viven con mucho sentimiento y entrega. El programa de este año tiene una vertiente más sentimental que nunca ya que se ha dedicado a Pep Tomàs, uno de los socios fundadores, fallecido recientemente. «Era un entusiasta de la cultura popular y de nuestras tradiciones. Su repentina desaparición ha sido muy sentida por la ciudad», así se expresaba Albert Carvajal, secretario del Patronat de Sant Antoni que presentó el programa como «una herramienta de divulgación o de explicación de elementos reencontrados».

El programa es muy atractivo y en esta nueva edición el patronato promociona la Colcada. «Es una tradición que se ha recuperado hace poco y que escenifica el acompañamiento del Consistorio hasta la iglesia para ir a completes». Otro de los actos a destacar es la conferencia sobre la indumentaria en Mallorca en el siglo XVIII que tendrá lugar hoy a las 20 horas en el local del patronato.

«La difícil coyuntura económica se ha hecho eco con recortes inevitables ya que es un programa sencillo y los actos son austeros pero no se pierde la esencia de la fiesta», concluían desde el Patronat. Mañana se espera una de los actos más multitudinarios. A partir de las 20.30 horas, es la Torrada y primer ball del dimonis en la Plaça de Ramón Llull.