La fórmula del vino y la tapa convence y dispara las visitas a la tradicional feria de otoño | Elena Ballestero

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Habían previsto 600 copas de vino pero el gastroví rompió todas las previsiones. En la trastienda de la feria se afanaban ayer a mediodía para satisfacer la demanda y no morir de éxito.

Miles de personas pasaron por Consell para vivir la tradicional feria de otoño, que incorporaba por primera vez esta fórmula que combina la tradicional Fira del Vi con una apuesta gastronómica. El secreto: buenos productos y precios de ganga (3 euros la tapa, 5 la ración). «Hemos cambiado la estrategia eliminando la gran carpa de la Fira del Vi sustituyéndola por carpas individuales con la idea de mezclar bodegas y bares, eso ha dado un impulso muy grande porque la gente que hace unos años probaba los vinos y al acabar se iba ha decidido quedarse y comer», explicaba el alcalde, Andreu Isern, emocionado por el éxito de la iniciativa. «Ha sido un éxito total y pensamos seguir en esta línea», añadió.

De todo un poco

Por lo demás, pese a las novedades, la tradicional feria de otoño no olvida su esencia de modo que la marea humana concentrada en la plaza al mediodía, disfrutó también de la artesanía, los animales o los juegos infantiles, entre otras propuestas. El programa se completó con distintas exposiciones y con la muestra de Bonsais.