La muestra recaudó este año fondos para diferentes proyectos sociales y de voluntariado. | Elena Ballestero

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Con un ligero cambio de itinerario (como consecuencia de la exclusión de las instalaciones del colegio Porta del Moll del recinto ferial, debido a la proximidad del bastión apuntalado) y un talante más solidario que en ediciones anteriores, la feria de Alcúdia no defraudó. Miles de personas disfrutaron ayer del tradicional domingo de Fira, el que estrena cada año el mes de octubre.

Motos, coches, animales, gastronomía, artesanía y ahora también animación. La Fira d'Alcúdia es una de esas muestras tradicionales que abarcan una oferta variada en la que casi todo cabe, un programa muy alejado de las ferias monotemáticas de más reciente creación.

Restauración

Este año, con motivo del año mundial del voluntariado, la Fira d'Alcúdia ha aumentado su talante solidario, recaudando fondos a través de diferentes iniciativas para proyectos de servicios sociales y de distintas ONG. Es el caso de la nueva Asociación de Restauración Bahía de Alcúdia, presentada oficialmente ayer y que puso a la venta tapas con bebida elaboradas por cuatro de sus asociados (Restaurante Miramar, el Mirador de la Victoria, el Blue Sushibat y el Restaurante Los Patos) al precio de dos euros cada una con el objetivo de reunir fondos suficientes para adquirir un dispositivo salvaescaleras para las personas con movilidad reducida.