A lo largo del día miles de personas pasaron por la feria de Manacor. | Joan Socies

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Miel, sobrasada, camisetas, motos, calzones, macetas, castillos, senalletes, collares, bastones, empanadas, muebles, buñuelos, pendientes, quesos, juguetes, dátiles y así hasta casi tres kilómetros de productos se pusieron a la venta en la XIV Fira de Setembre, que se llevó a cabo ayer a lo largo de todo el día en las Avingudes de Manacor.

El día empezó medio encapotado, pero poco a poco el sol se fue adueñando de la capital del Llevant y al mediodía ya calentaba. A media mañana las autoridades iniciaron el recorrido por la feria. El alcalde, Antoni Pastor (PP), encabezaba la comitiva de autoridades locales.

Promoción

La Fira de Setembre, que se ubica en las avenidas, este año ya ha llegado a la decimocuarta edición. Esta muestra nació con la intención de promocionar los comercios de esta zona de Manacor y por esto todos aprovecharon el día de ayer para sacar a la calle sus productos.

Este día todos los comerciantes lo acogen con gran expectación, puesto que les permite tener una ventana abierta a los miles de visitantes que se acercan hasta la ciudad. Este año la afluencia de público ha sido importante. Las avenidas fueron un ir y venir de gente. Por la tarde los comerciantes se mostraban satisfechos de la jornada: «Este año ha ido bien, con la crisis que hay por todo no me esperaba esta respuesta», decía la propietaria de un bar. Hoy las mismas avenidas celebrarán el mercado de los lunes y el firó.