Numerosos niños y niñas participaron en la conquista de la playa ataviados con escudos cuatribarrados e indumentaria de la época. | J. Lladó

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El fragor del combate llenó de nuevo las costas de Santa Ponça con motivo del desembarco de las tropas de Jaume I que recuerda, un año más, la conquista cristiana iniciada en ese lugar en 1229. La representación dio comienzo con la concentración de naves cristianas en la bahía de Santa Ponça, frente a la cruz que conmemora el desembarco, donde se depositaron numerosos ramos de flores.

Los participantes y el público vivieron con gran emoción la representación histórica como acto central de las fiestas de Calvià.

Un desembarco seguido por numerosos turistas que tuvo su máximo punto de atención con el encuentro ante las tropas sarracenas, quienes tras una feroz resistencia se rindieron a los portadores de la cruz.

Tras el desembarco, tuvo lugar el desfile de las colles de ambos bandos contendientes, presididas por los gigantes de Jaume I y la reina Violant de Hungría, y amenizado por los 'xeremiers' y la Banda Municipal de Música, junto a la Escuela Caballista Es Pas de Calvià y Tambors per a la Pau. En total, participaron 1.200 personas en nueve colles cristianas y nueve moras. La figura del monarca mallorquín estuvo representada por Víctor Coll y la del rey moro por Vicente Sosa. Tres batallas, en la cruz, el Caló d'en Pellicer y la playa grande marcaron la pugna, presenciada por más de cinco mil espectadores turistas y residentes.