La presidenta del Consell, Maria Salom, junto al 'figueraler' Antoni Gomila. | J. Lladó

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Un centenar largo de variedades de higo, la inmensa mayoría de las cuales de origen autóctono, se expusieron ayer en Lloret con motivo de la Festa del Sequer, que con la de este año llegó a su vigésimo novena edición.

La Festa del Sequer no es una simple exposición de higos, sino que sigue un ritual. Comenzó a media tarde, cuando un séquito de xeremiers y gente vestida a l'ample presidido por las autoridades recorrió el pueblo para ir a recoger, en sus casas, a los dos figueralers, que este año fueron Antoni Gomila y Catalina Gelabert. Elegidos por sorteo entre la gente mayor de la localidad, los figueralers son los representantes de la fiesta.

Tras recogerlos, la comitiva se desplazó hasta la Casa dels Tarongers, donde se inauguraron las exposiciones de higos. Este año, por causar ajenas a la organización, la misa se celebró a las ocho y media de la tarde, con las exposiciones ya abiertas.
Al acabar la misa, el llorità Felip Munar presentó al pregonero de la fiesta, el payés y glosador pollencí Antoni Bisanyes.
La exposición 'Paisatge amb figura' -con la higuera como protagonista-, a cargo del artista Andreu Maimó, y las actuaciones folklóricas de Cofre Antic y Sa Plaça completaron el programa de actos de la fiesta.


Calidad

La ausencia de lluvias durante el mes de agosto ha favorecido la calidad y el aspecto que ofrecen los higos este año.
La temporada de las variedades agostenques se inició a mediados del mes pasado y terminará dentro de quince días.