Gabriel Mayans rodando su ultima producción, hace unos meses, en su Campos natal. | ultimahora.es

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«Empecé a filmar porque me encanta leer, y lo que hago es transformar en imágenes aquello que leo». Gabriel Mayans revela su gusto por las novelas de autores de la isla que hablen de Mallorca. Si unimos un sistema de hacer cine arcaico pero mítico, tendremos en las manos cine visto desde una Súper 8, con gusto a la tierra y en catalán.

Ventura Morey o Sebastià Alzamora son algunos de los gurús literarios que Mayans ha reproducido. Ha podido contar con su colaboración, e incluso Morey participó en el cortometraje como actor. La última producción del campaner, 'Les primaveres i les tardors', duró nuevo meses de grabación, «desde Navidad hasta un día antes del estreno», esta misma semana.

Trabajo

De la adaptación de la novela de Baltasar Porcel, Mayans cuenta que «han participado 37 actores, no profesionales, sino amigos y vecinos del pueblo». Además, «tienes que añadir el año y medio de trabajo de hacer el guión, iluminar, decorar, pensar con los actores y decidirse a grabar». Destaca la ayuda de su nieta, Victòria, «sin la cual no habría hecho la película». Pero sus inicios nos llevan al año 1975, cuando empezó a grabar documentales, reportajes y fantasías, lo que él denomina «poner imágenes a poemas de autores mallorquines».

Mayans sigue aferrado a la Súper 8 porque «son copias únicas, no hay duplicados, y esto le da un carácter diferente». Y el cine en catalán, es sencillamente porque «lo hago para mí mismo, aunque la gente vea las filmaciones, y no hay por qué cambiar de lengua».

Ahora, retirado del trabajo en una fábrica, Mayans pasa largos ratos visualizando lo que le gustaría filmar. Reconoce que ya tiene otro proyecto en la cabeza. «Ya sé lo que quiero hacer, pero es lo único que tengo».

Cine diferente

El cine grabado en Súper 8 milímetros es una manera diferente de rodar, que supuso un cambio radical en el mundo de los audiovisuales en los años 70, pero que fue tan popular como efímero: si a mediados de década todo el mundo grababa a sus hijos en la playa con una Súper 8, hacia los 80 se veía desbancada por una nueva virguería, el VHS.

El sistema Súper 8 graba las imágenes mudas, y más tarde se debe hacer el doblaje para incorporar la voz. «La dificultad reside en que las imágenes de los actores se ajusten con el sonido doblado», explica Mayans. Además, el sonido lo proporciona la cinta magnética, que son dos bandas de 4,5 milímetros que se tienen que unir a la película de imágenes, de 8 milímetros. «Y todo esto se debe manejar con las manos! Paciència, molta», confiesa Mayans.
Pero de momento sus vecinos durante las fiestas de la Mare de Déu d'Agost de Campos siguen disfrutando de su cine.