Miles de personas participaron en la suelta de patos de goma ayer en Can Picafort. | M. A. Cañellas / E. Ballestero

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Apostaban por el «factor sorpresa» y la sorpresa fue que ayer los enmascarados no aparecieron. La suelta de patos de Can Picafort se celebró sin incidencias a las 12 del mediodía ante la atenta mirada de miles de personas. Por primera vez desde 2007, no hubo ni rastro de patos vivos.

1.500 patos de goma numerados fueron lanzados al agua desde las barcas para utilizar posteriormente en un sorteo de premios. En el palco, junto a la ex miss Balears, Marta Lozano, que hizo de speaker este año, el delegado de Can Picafort, Joan Monjo, la regidora de Fiestas, Miquela Pomar y la regidora de Juventud, Beatriz Gamundí, daban cuenta a través de los altavoces de los trámites realizados por el Ajuntament para intentar legalizar en el Parlament la suelta de patos vivos de cara a ediciones futuras.

El despliegue de la Guardia Civil fue similar al de ediciones anteriores y el alcalde, Miquel Cifre dijo que había menos agentes de la Policía Local que otros años.

El Ajuntament celebró la fiesta con patos vivos hasta el 2005 cuando, tras el endurecimiento de las sanciones percibidas (podían implicar responsabilidad penal) se desvinculó de la organización. Ese año, un grupo de personas anónimas soltó patos vivos y se abrieron distintos expedientes de infracción. Un año después, ya en 2006 el Ajuntament retomó las riendas de la fiesta sustituyendo los patos reales por patos de goma con el actual sistema de sorteo. No fue hasta 2007 cuando aparecieron por primera vez los enmascarados que han venido soltando patos vivos cada año, hasta ayer.