Grupo de participantes en la jornada ataviados correspondientemente y portando los utensilios para la ocasión. | Michel's

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La finca agrícola San Alfonso, ubicada en la pequeña localidad de es Capdellà, es todo un contraste de artes ancestrales con la realidad que vive el principal municipio turístico de la comunidad balear.

Las instalaciones cuentan con más de dos siglos ininterrumpidos de historias y tradiciones rurales, fue adquirida por la familia Barceló Marques hace cien años.

Durante unas semanas, sus actuales propietarios, han recordado el trillado de garbanzos producidos en las mismas tierras que rodean el caserón. Las labores han servido para recordar la dura tarea de los antepasados, de hecho, ahora hacia unos 50 años que no practicaban esta labor sobre la era.

Unas diez personas empezaron a trillar la paja. El poco aire que corrían en los meses de verano entre los montones de hojarasca lanzados a mano con tridentes hacia el trabajo más fácil para los campesinos.

Esta dura labor se hacía de sol a sol para luego llenar los sacos del alimento extraído.

Los abuelos de la finca querían recordar de primera mano las labores hereditarias que han salvado con el paso de los años.

Durante las jornadas también practicaron el trillado sobre el suelo con rodillo de piedra tirados por las someras, peso que pasa sobre el producto. Otra dura labor del campo que se mantiene en la finca San Alfonso.