Imagen del cementerio municipal de Inca, donde ahora se podrá enterrar en domingo. | Antoni Pol

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El Ajuntament d'Inca implantará una tasa específica que gravará los entierros que se lleven a cabo en fin de semana o festivos.

A diferencia de la mayor parte de los demás pueblos del Raiguer, donde los familiares del difunto suelen contratar a un albañil para que se encargue de sepultar el cadáver, en Inca este servicio lo ejecuta un sepulturero municipal. Dicho servicio, lógicamente, está gravado con una tasa que los familiares del difunto deben abonar y que actualmente tiene un precio cercano a los 20 euros.

Sin embargo, excepto casos excepcionales, el Ajuntament solo autoriza al sepulturero a enterrar en días laborables con el pretexto de que sepultar en fin de semana tiene un coste muy elevado (horas extraordinarias en sábado o domingo, transporte, etcétera). El caso es que en Inca, salvo que un juez ordene la sepultura inmediata de un cadáver, solo se entierra entre semana.

Demanda

Ahora, debido a «la demanda creciente» por parte de los familiares de los difuntos, el Ajuntament está trabajando en la implantación de una tasa específica para poder enterrar en fin de semana. El coste de dicha tasa será superior al de la tasa que grava los entierros en días laborables, en qué los servicios que presta el sepulturero tienen un coste más reducido.

La legislación que regula los entierros establece que, salvo orden judicial, un cadáver no puede ser sepultado hasta transcurridas 24 horas después del fallecimiento. Este requisito, añadido al hecho de que en Inca, por norma general, no se entierra en fines de semana, ha dado lugar a que algunos fallecidos permanecieran insepultos hasta cuatro días después de su muerte. Eso es lo que ocurrió a un familiar de José Melero, cuya suegra murió en jueves y no fue sepultada hasta el lunes siguiente.

«Los ciudadanos han demandado poder enterrar en fin de semana y crearemos el servicio. Sin embargo, este servicio tiene unos costes añadidos que tendrán que cubrirse», justificó el alcalde de Inca, Rafel Torres. Torres vinculó la creación de la tasa específica con su «voluntad» para contener el gasto municipal.