El juicio se celebró en la Sala cuarta del Juzgado de Inca y se alargó durante cuatro horas y media. | Mercedes Azagra

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El juicio sobre la titularidad del Camí de Ternelles no quedó ayer visto para sentencia tal y como se esperaba. La complejidad de las investigaciones ha llevado a que el juez, Vicente Martínez, quiera escuchar la versión de un perito más y programe su declaración al 20 de julio, lo que supone que la sentencia no se hará pública antes de un mes y medio.

Aún así, ayer acabaron de testificar los principales peritos de ambas partes y los abogados hicieron su alegato final para decidir si el Ajuntament de Pollença actuó correctamente cuando en el 2008 incluyó el Camí de Ternelles en el catálogo de caminos públicos.

En la sesión de ayer quedó patente la gran divergencia de las posturas que defienden el Ajuntament de Pollença y la parte demandante, la sociedad Menani SA. El abogado de Menani SA, Joan Socías, sostiene que «el Camí de Ternelles no es público ya que cuando la propiedad de Ternelles compró el Castell del Rei en el 1811 también adquirió las propiedades limítrofes y también el camino».

Desde entonces aseguran «el camino es privado». Asimismo, recalca que el Ajuntament «no dispone de ningún documento que acredite que el camino es público, ya que éste no está inventariado ni consta en el registro de la propiedad». Uno de los puntos que puede decantar la balanza de la justicia es el hecho que en el Pla General d'Ordenació Urbana del 1990, el Ajuntament prevé la expropiación de algunos caminos privados, entre ellos, el de Ternelles. Según Socías de este hecho «se extrae que se daba por hecho que el camino era privado y por eso lo quería expropiar».

Asimismo, Socías insiste en qué «en los últimos 122 años el Consistorio no ha reclamado la titularidad de la vía» y que «Menani S.A dispone de documentos que acreditan la propiedad de la finca». Por otra parte, el abogado del Ajuntament, Miquel Ripoll, asevera que «la compra del Castell del Rei y de las fincas colindantes no supone que el camino pase a ser privado». Así, Ripoll explica que «un bien público es imprescriptible, inembargable e inalienable». Una de los principales argumentos de la defensa «es que el Camí de Ternelles no sólo se utiliza para ir al Castell del Rei sino que se usa también para llegar al mar, a Cala Castells y al Oratorio y que pese a que la defensa diga que existen dos caminos, en realidad sólo es uno que durante el recorrido se bifurca pero después se vuelve a unir».

Ripoll sostiene que «el Ajuntament no necesita presentar ningún documento para demostrar la titularidad del camino» aunque asegura que «si se quiere acreditar la implicación de la institución local con el camino se debe tener en cuenta que ha sufragado algunas reformas de la vía, como consta en varios documentos».