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Las obras previas a la demolición del puente del Riuet se iniciarán en un plazo de siete días. Ya no hay marcha atrás. Pese a que el Ajuntament de Manacor jugará la última carta e interpondrá un recurso de súplica contra las últimas resoluciones del Tribunal Superior de Justicia que ordenan retomar el derribo, no quedan demasiadas esperanzas para salvar el puente del Riuet de Porto Cristo.

Ayer a primera hora de la mañana se convocó una reunión urgente entre el alcalde, Antoni Pastor, los técnicos del Ajuntament, el regidor de Urbanismo, Llorenç Bosch y el delegado de la zona costera, Joan Gomila, para analizar la decisión de la Sala del Tribunal Superior de Justicia. «Impotencia total», «Preocupación» y «decepción», estos eran los sentimientos que transmitía ayer el alcalde al anunciar que se presentará recurso de súplica, pero que esto no para el proceso de demolición.

Aunque casi todo está perdido, Pastor aprovechó para lanzar una llamada de socorro al Consell y al Govern. «Ahora más que nunca tienen que ponerse las pilas y actuar para encontrar una solución».

Desde el Ajuntament no entienden la decisión del TSJB. «Ni entendemos ni compartimos el motivo por el cual se ha tomado esta decisión porque se ha cambiado varias veces de argumento. Ahora se hace referencia a una ley estatal anterior a la Comissió balear de Medi Ambient para decir que el puente crea un impacto paisajístico. El proyecto tuvo el visto bueno de la comisión y ahora se hace referencia a una norma anterior».

Una de las cuestiones que más preocupa al Consistorio son «los perjuicios que provocará las obras en plena temporada turística, además del caos circulatorio que se ocasionará en la zona costera al tener que desviar el tráfico». El alcalde recordó que «derribar el puente costará un millón de euros y los vecinos ya han demostrado que quieren el puente».