La APIMA está en contra de ubicar a quince alumnos de cuatro años en un aula de dimensiones reducidas. | Maria Nadal

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Ante la problemática surgida los últimos días en sa Pobla por la intención de la Conselleria d'Educació de colocar 15 alumnos de padres inmigrantes dentro de una aula de pocas dimensiones en el colegio Sa Graduada, el Ajuntament de la localidad pedirá al nuevo equipo de la Conselleria d'Educació que «contemple la posibilidad de crear más aulas en el municipio», según dijo ayer el alcalde, Biel Serra (PP), quien se comprometió a hacer de intermediario entre la sociedad educativa y la Conselleria d'Educació.

El 'popular' explicó que no piden «más centros educativos porque no son necesarios, pero sí que hay una carencia clara de espacio que se resolvería con la instalación de una zona de aulas».

Los padres continuaban ayer con la misma preocupación de los últimos días. La presidenta de la APIMA de Sa Graduada, Violeta Rodríguez, explicó que esperarán hasta mañana -por hoy- «a que acabe el plazo de matriculación para saber con exactitud el número de alumnos que tienen que cursar sus estudios en el aula del primer piso, que no cumple con la normativa vigente, para tomar medidas».

Servicios

Rodríguez dejó claro que no está dispuesto «a perder servicios como la biblioteca o el aula de informática para ubicar a los alumnos en un espacio más amplio». En este sentido, la presidenta de la APIMA se mostró contundente y dijo que «la escuela montó la biblioteca y los miembros del APIMA hicimos posible la creación de la clase de ordenadores hace sólo un año y no queremos perder estos servicios que tanto nos ha costado conseguir».

En cuanto a los nuevos responsables políticos que entrarán ahora al frente de la Conselleria d'Educació, Rodríguez les pide que «al menos nos escuchen y vengan a ver las condiciones del aula que está en un primer piso, no tiene las dimensiones adecuadas y, además, no dispone de los servicios básicos para los alumnos de cuatro años». Rodríguez recordó que a pesar de las cartas que han dirigido a la Conselleria d'Educació y la visita a la institución no han sido recibidos por ningún responsable.

Otra queja de los padres es que la clase está formada en su mayoría por niños descendientes de padres inmigrantes «cinco de los cuales no han sido nunca matriculados por el que no hablan ni catalán ni castellano», según Antònia Romero, la madre del único niño de padres mallorquines que ha sido aceptado en Sa Graduada. Romero tiene la intención de matricular a su hijo en el colegio de Son Basca donde ha ido este último año y critica que «hace dos días que intentó hablar con alguien del departamento de escolarización y no consigo que me cojan el teléfono».