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El Ajuntament d'Inca no subirá impuestos y mantendrá las políticas sociales. «Me comprometo a no dar ni un paso atrás para ayudar a la gente que más lo necesita y para dotar de recursos al área de Bienestar Social», reiteró el 'popular' Rafel Torres en el discurso que pronunció tras ser investido alcalde de Inca. Torres insistió en que su «principal preocupación» es «crear puestos de trabajo».

El pleno de investidura de Rafel Torres se desarrolló con normalidad y sin a penas sorpresas. Maria Payeras, la concejal de mayor edad, y David Devis, el más joven, dirigieron la sesión hasta que el pleno quedó formalmente constituido. Solo el Partido Popular, con mayoría absoluta, presentó a su candidato.

Luego, tras prometer el cargo de alcalde y empuñar la vara, vinieron los discursos. Primero el de Torres, que se emocionó y dejó escapar alguna lágrima al agradecer el apoyo de su familia. Además de mostrarse preocupado por la tasa de paro existente en la capital del Raiguer, Torres se acordó de las tres infraestructuras que tanta polémica causaron la legislatura pasada: la reforma del Teatre Principal y la construcción del tercer polígono y de la ronda Nord. Respeto a estas infraestructuras, la oposición le recordó a Torres que ahora, con el PP en el Govern, y en el Consell, «ya no habrá excusas».
El portavoz del PSOE, Xavier Ramis, insistió en qué «no podemos repetir las políticas que nos han llevado a la situación que hoy vivimos» e invitó al alcalde a dirigir sus esfuerzos contra el paro. Àngel Garcia, portavoz de los Independents, garantizó a Torres que tendría su apoyo «si se favorece a Inca al 100 por cien». Antoni Rodríguez, del PSM, apostó para que ésta sea «la legislatura de las personas» y reclamó «control del gasto y transparencia».

Funeral

Precisamente Rodríguez fue el único que habló explícitamente en sus discursos de los 'indignados', un grupo de los cuales simularon un 'funeral' por la democracia que se celebró justo después de acabar el pleno, en la plaza d'Espanya. Colocaron un ataúd en la plaza y, vestidos de negro y al son de una marcha fúnebre, una veintena de 'indignados' se dispusieron a su entorno. Crearon expectación, pero los concejales, al acabar la sesión, apenas les hicieron caso.

Entre el público asistente, estaba el presidente y el vicepresidente del Parlament, Pere Rotger y Antoni Diéguez, respectivamente; la presidenta electa del Consell de Mallorca, Maria Salom; y el expresidente del Govern, el también inquer Cristòfol Soler.