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La autopista que conecta Inca con sa Pobla celebra hoy su quinto aniversario mientras los comercios de la zona de Menestralia registran un descenso notable en sus ventas. El malestar en el sector es más que evidente, ya que consideran que la construcción de la carretera les perjudicó gravemente y pasaron de ser «un referente turístico a ser prácticamente invisibles». Con la construcción de la autopista se apostó por hacer nuevos carriles, condenando la antigua carretera, y con ello los comercios que había a la zona.


Debido al descenso de las ventas, Menestralia ha tenido que cerrar durante unos meses la fábrica «al haber un gran número de productos en stock y que no compensa tenerlo en marcha debido al alto precio del gas y el oxígeno, materiales indispensables para su elaboración». Desde la fábrica lamentan su situación y que el Govern «no apueste por la artesanía».


«No queremos subvenciones ni ayudas, queremos ventas y cuando construyeron la autopista no pensaron en nosotros». Del mismo modo se pronuncia un comercio de piel que también ha reducido su horario y sólo tiene abierto cinco meses cuando antes lo hacían todo el año.