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El olor de las últimas empanadas y robiols de las fiestas de Pascua, así como el olor del arroz brut volvió a sentirse ayer durante toda la jornada, en la cual miles de personas desafiaron las previsiones de mal tiempo para acercarse a las ermitas de los pueblos para celebrar los tradicionales Pancaritats.

Con ganas de continuar la fiesta para fer poble , los municipios de la Part Forana no tuvieron miedo del mal tiempo y disfrutaron de las celebraciones del Dimarts de Pascua.

En Algaida, la Festa de la Pau empezó a primera hora de la mañana para quien quiso ir a pie hasta Castellitx para asistir a la misa de las 12.00 horas en la iglesia de la Pau. Los más pequeños aprovecharon el tiempo en la explanada con numerosas actividades y juegos infantiles en la segunda ermita más antigua de Mallorca.

Fiesta

Vecinos de Petra, San Joan y Vilafranca se reunieron en el Puig de Bonany para probar las últimas empanadas y robiols y disfrutar de un buen rato con familiares y amigos. Además, se organizaron visitas guiadas a la ermita para conocer de primera mano la historia de la construcción.

Los montuïrers empezaron la fiesta muy temprano para partir a pie al Puig de Sant Miquel. Antes, pero, el primer edil Jaume Bauçà (PP) cedió la vara al batle del Puig de este año, Guillem Morlà Jaume, por su activismo en la promoción social y cultural del pueblo. Los sonidos de los xeremiers y flabiols animaron el trayecto hasta la ermita, donde también hubo baile popular y juegos.

A las nueve de la mañana, algunos vecinos de sa Pobla partieron bajo una lluvia poco intensa hacia la ermita de Crestatx para asistir al oficio. No fue hasta más tarde, cuando más de 4.000 personas llenaron el oratorio y se preparaban para comer los sabrosos calderones de arroz.

Las autoridades tampoco se quisieron perder la fiesta y el presidente del Govern, Francesc Antich, la presidenta del Consell, Francina Armengol, y el presidente de CxI, Josep Melià, acompañaron a las autoridades locales, encabezadas por el alcalde, Joan Comas, en la fiesta.

El Santuario de la Victoria de Alcúdia congregó ayer también numerosos alcudiencs que subieron hasta el oratorio para celebrar su Pancaritat. La novedad de este año fue la bendición de la restauración del retablo de la ermita que data de 1747. Después de la bendición y el oficio, los asistentes disfrutaron de una buena comida.

Los pueblos de Campanet y Llubí también celebraron ayer sus pancaritats en las ermitas de Sant Miquel y del Sant Crist, respectivamente. Los vecinos subieron hasta los oratorios donde pasaron todo el día.