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La llegada de la Semana Santa mantiene en vilo a los restauradores, comerciantes y a los miembros del Santuario de Lluc. La causa, el temor que se repitan los actos vandálicos que tuvieron lugar el año pasado durante las fiestas de Pascua y que han vuelto a ser protagonista durante algunos fin de semanas.


Los establecimientos comerciales temen, que como es habitual cada año, se acerquen durante las fiestas centenares de personas que acampan en las zonas habilitadas en las inmediaciones del Santuario y con ellos se camuflen algunos jóvenes que aprovechan la ocasión para desmadrarse.


Destrozos


El año pasado las consecuencias de la fiesta se hicieron visibles en los lavabos públicos que aparecieron destrozados al igual que algunas zonas comunes. Desde el Institut Balear de la Natura (Ibanat), organismo encargado de gestionar las acampadas en la isla, aseguran que prevén que acudan a la zona de acampada de Lluc, conocida como Es Caubet, cerca de 1.500 personas, muchos de ellos jóvenes. Por ello han decidido incrementar la vigilancia, tal y como exigían restauradores y comerciantes, y un agente del IBANAT vigilará de noche la zona para que no haya incidentes.


Por otra parte, las previsiones de visitas al Santuario durante las fiestas son muy positivas. Sebastià Sureda, gerente de la institución, confirma que «a pocos días de la llegada de las fiestas, las reservas de la hospedería están al ochenta por ciento» y asegura que «confían en las reservas de última hora para llegar al lleno total».