La manifestación transcurrió con total normalidad. | G. Alonso

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Más de mil personas se rebelaron ayer por la tarde contra la orden del Tribunal Superior de Justicia de cerrar al tráfico el puente del Riuet de Porto Cristo. Los vecinos se concentraron ante la infraestructura, ahora sin circulación, para mostrar al juez su disconformidad. Con pancartas donde se podía leer « el Port vol el pont», recorrieron el carrer Sant Lluis y la calle Coves, para mostrar con su presencia que el «pueblo quiere y necesita el puente».

La manifestación transcurrió con total normalidad y la policía local controló que los vecinos no accedieran al puente cerrado desde el viernes por la noche con unas barreras de obra.

Los vecinos de Porto Cristo se manifestaron sobre las 18 horas después de celebrarse las tradicionales beneïdes de Sant Antoni donde también hubo en las carrozas más de una alusión al puente del Riuet. Dimonis, pagesos, sant antonis. .. unieron fuerzas para «seguir luchando» contra la decisión del juez del pasado viernes cuando ordenó al Ajuntament de Manacor a cerrar el puente al tráfico no solo rodado sino también de peatones.

Manifiesto

Al final de la manifestación hubo la lectura de un manifiesto donde se hizo un repaso al nacimiento de esta infraestuctura y donde se recordaron los diferentes pasos que se han seguido así como las diferentes sentencias pasando por al ley aprobada por el Parlament a través de la que se legaliza la infraestuctura. «Esperemos que no se derribe el puente antes de resolver el incidente». Y de la lectura se desprendía la indignación de los vecinos de Porto Cristo. «Estamos enfadados necesitamos el puente para dar vida a Porto Cristo». «Mañana nos levantaremos y seguiremos luchando para que no derriben el puente. La justicia no puede cometer esta injusticia». «Parece más una imposición y una provocación que una resolución judicial». Estos eran alguna de las frases que se leyeron en el manifiesto.

La decisión del juez no ha sido bien recibida ni por el Ajuntament ni por la mayoría de vecinos en el sentido que causará un «grave perjuicio económico». La demolición costará un millón de euros.