La mayoría de alumnos de la Escolania de Lluc acaban formando parte del coro de los 'blavets'. | ultimahora.es

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La Escolania de Lluc no pasa por uno de sus mejores momentos. La dura crisis económica que afecta de lleno a millones de españoles no ha pasado de largo por una de las instituciones más queridas. A día de hoy la Escolania dispone de treinta y seis alumnos de entre seis y catorce años, cifra muy inferior si se compara a la de los últimos años en que se contabilizaban más de una cincuentena de niños. En septiembre sólo empezaron el curso escolar cinco alumnos, cuando en años anteriores lo hacían entre diez y quince.

Joan Comas, coordinador de la Escolanía de Lluc, reconoce las dificultades por las que pasa la institución pero asegura «que seguiremos apostando por una formación de calidad y de excelencia». Comas culpa de la carencia de peticiones «a las dificultades que muchas familias pasan en la actualidad» y que confiesa «han hecho que alguna familia haya retirado sus hijos de la institución».

Becas

«Muchos padres viene a Lluc para inscribir a sus hijos y cuando se enteran que deben pagar mensualidades de 300 euros se echan atrás, pero no tienen en cuenta que hay becas que cubren el 50 por ciento y que durante las 24 horas del día sus hijos están servidos, recibiendo una educación de mucha calidad y que las necesidades de sus hijos están cubiertas en todo momento». Comas asevera que la educación de la que disponen los alumnos «no tiene parangón en la isla ya que se invierte mucho tiempo y esfuerzo en su educación musical». En este sentido, Comas sostiene que los jóvenes «reciben clases de solfeo, canto coral, vocalización, y además, aprenden a tocar un instrumento» y remarca que «no somos una escuela que tiene un coro sino un coro que dispone de escuela».

Ricard Terrades, director coral de la Escolania, destaca que «hay mucha gente que relaciona la Escolanía con una institución encallada en el pasado, cuando en los últimos años nos hemos modernizado, aceptado niñas y los alumnos no deben quedarse a dormir forzosamente y además la mayoría de los alumnos un año después de entrar pueden formar parte de los blavets».