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Sineu rindió ayer, de nuevo, homenaje a la Festa de la Porcelleta, celebración que aunque progresivamente ha ido perdiendo adeptos mantiene la voluntad de unir a los ganaderos y especialistas del sector. La fiesta rememora la tradición de antaño de ir a comprar al municipio, el miércoles antes de Navidad, la lechona que las familias solían comer durante las fiestas.

«Hoy en día son pocas las personas que compran durante la Festa de la Porcelleta la lechona pero el ritmo de venta que llevamos es excepcional», asegura Bartomeu Torres, presidente de la Associació de Porc Negre Mallorquí. Torres vende porcelletes negres de tan sólo un año y medio a 55 euros el animal y asevera «que es el mejor año de venda de toda su vida». «La gente se ha dado cuenta que hay que apostar por el producto local y las porcelletes negres causan auténtico furor», reconoce el ganadero.

Recono cimiento

Precisamente la Festa de la Porcelleta comparte protagonismo con las distinciones que la Associació de Ramaders i Criadors de Porc Negre Mallorquí otorga a las entidades que destacan día a día por su labor a favor de la protección de esta raza autóctona.

Este año el premio ha recaído al Ajuntament d'Inca «por su apoyo al sector con la celebración cada Dijous Bo del Concurso Morfológico de Porc Negre». Recogió el galardón el actual alcalde de Inca, Rafel Torres, aunque estuvo acompañado por Pere Rotger y por el teniente de alcalde, Felip Jerez. La consellera Francesca Vives y el director general d'Agricultura, Fernando Pozuelo, asistieron al acto.