Actualmente, el vertedero es casi imperceptible ya que con el paso de los años la vegetación ha regenerado el solar. | Mercedes Azagra

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Limpiar el vertedero de es Puig, situado cerca de la carretera que une Consell y Alaró, costaría 11.230.000 euros. Así lo consideran los técnicos que han realizado un exhaustivo estudio para saber a qué cantidad se tiene que enfrentar el Consistorio de Alaró.

El pasado 30 de septiembre se hizo pública una sentencia del Tribunal Superior de Justicia que obliga al Ajuntament d'Alaró a limpiar el vertedero en menos de uno año. Si el Consistorio no actúa tendrá que hacer frente a diversas multas que tendrán que ser abonadas a través del patrimonio particular del alcalde y de los concejales del municipio.

El principal problema recae en que el Consistorio no puede asumir solo los 11.230.000 euros que costaría regenerar el vertedero. El alcalde del municipio, Joan Simonet (PP), explica que según el estudio que han realizado los técnicos se desprende que «de la cantidad total que vale la limpieza del solar, al menos la mitad son tasas que se tendrían que pagar a TIRME para regenerar los residuos pero aunque TIRME perdonara las tasas no podríamos hacer frente a los cerca de cinco millones que quedan». «El presupuesto anual del Ajuntament es cuatro veces inferior a lo que se supone que tenemos que pagar en un año, tenemos las manos atadas» lamenta Simonet.

El alcalde Simonet

El alcalde de Alaró admite «estar recopilando información para poder presentar ante del juez para intentar tener un poco más de margen para actuar». «Estamos buscando alternativas que nos ayuden a ganar tiempo o que nos exoneren de tener que abonar toda la cantidad. De hecho estamos analizando el grado de contaminación que puede tener el solar» reconoce Simonet. El Ajuntament calcula que en el vertedero hay cerca de 12.000 metros cúbicos de desperdicios y que se necesitarían cerca de 1.200 camiones para limpiarlo.

Basura oculta

Hay que recordar que el vertedero se empezó a utilizar durante la década de los 50 y fue comprado por el Consistorio a principios de los años 90 cuando el Ajuntament estaba en manos socialistas. Por ello, la gran mayoría de desperdicios no se ven ya que con el paso de los años se ha ido depositando de manera natural una capa de tierra y vegetación que hacen imperceptible el vertedero del Puig.