Margalida Bou habla claro sobre las necesidades del núcleo costero. | Guillem Mas

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Hace apenas un año que Margalida Bou se convirtió en la nueva presidenta de la Associació de Veïns de s'Illot. Un núcleo costero que históricamente ha vivido de espaldas a las inversiones, un hecho que ha provocado que «haya un sentimiento mayoritario que somos los hermanos pobres de Manacor».

«S'Illot es una realidad un poco extraña, ya que durante el año vivimos unas 2.000 personas y cuando llega el verano el pueblo se desborda», comenta Bou. Olvidado por las instituciones, «en s'Illot no nos ven como un pueblo, porque somos un núcleo joven y nadie invierte lo necesario, pero somos fuertes para empezar a reclamar lo que nos corresponde».

A pesar de las reivindicaciones, estos últimos años el núcleo ha visto como se hacía realidad un paseo peatonal hasta Cala Morlanda y una pista polideportiva cubierta. Pero los silloters «tienen la percepción de que el paseo se construyó para la gente que viene».

Necesidades

Las principales reclamaciones se centran en infraestructuras básicas y de servicios. «Nos faltan recursos para la atención de la infancia y la juventud, una biblioteca, un centro cívico, más agentes de policía, durante el invierno, un punto verde y el más que reivindicado tema del transporte público que es carísimo porque no disponemos de la tarjeta intermodal», explica Bou.

Ante el olvido que sufre s'Illot por parte de las instituciones, Bou manifiesta que «el Ajuntament nos escucha, pero las otras administraciones supramunicipales no nos tienen en cuenta y además hemos de vivir con el estereotipo falso de la mala fama».

Esta situación ha hecho que «la asociación de vecinos ya no baste para reclamar lo que necesitamos, no tenemos ningún poder». Por ello, vecinos han puesto en marcha el partido Silloters y Simpatizantes (SyS) que prevé presentar a las próximas elecciones municipales.