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La caseta de aperos agrícolas situada en un terreno de especial protección paisajística del pueblo de Andratx que su entonces alcalde, Eugenio Hidalgo, transformó según los jueces y contraviniendo la ley en una vivienda, ya es historia. Ayer concluyeron los trabajos de demolición a mano del inmueble, sufragados por su promotor, que cumple por ello pena de prisión en la que aspira a disfrutar en breve de permisos.

Los trabajos de derribo que se han llevando a cabo desde el pasado 3 de noviembre en la casa ilegalmente edificada -según sentencia judicial- por el ex alcalde, Eugenio Hidalgo (cabeza de lista del PP), finalizaron formalmente ayer, por lo que sólo queda pendiente la retirada de los escombros de la finca.

Permisos

Hasta el término de la jornada laboral de ayer, varios operarios continuaron trabajando en los muros de la vivienda que el ex alcalde levantó en una zona protegida del municipio cuya corporación presidía desde los comicios de 2003 hasta su detención, y por lo que fue condenado a cuatro años de cprivación de libertad que está cumpliendo en la cárcel de Palma.

Los gastos del derribo, unos 15.000 euros según el presupuesto presentado y visado por el Ajuntament, los paga Hidalgo en un derecho que le asiste para cumplir con los términos de la sentencia de la Audiencia de Palma que le condenó por edificar una vivienda -de 72 metros cuadrados conforme al acta judicial levantada en el derribo- con una licencia que únicamente le permitía realizar obras de renovación de una caseta agrícola.

Carlos Hidalgo, hermano del ex alcalde y portavoz de la familia, confirmó ayer a Ultima Hora que «como muy tarde, a expensas de la cuidadosa retirada de los escombros, el lunes próximo la parcela será un simple solar».

Para Carlos Hidalgo, «a la espera de que mi hermano disfrute pronto de los beneficios penitenciarios que le permitan volver a ser parte física de una familia que ha sufrido lo indecible en esta causa tan extraña», hay cientos de vecinos de Andratx «que con sus firmas a una simple hoja que pide su libertad nos han hecho saber que nunca han considerado a Eugenio como persona que les haya causado ningún mal, y menos aún que su presencia entre nosotros fuese un peligro para el municipio».