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«La libertad». Esa es la primera sensación que describió ayer la invidente Mariola Borrero, jefa de servicio del departamento social de la ONCE, al completar el primer itinerario medioambiental habilitado para discapacitados visuales en las Illes.

La ruta, con una longitud aproximada de 1 kilómetro, ha sido creada a través de un convenio de colaboración entre la Conselleria de Medi Ambient del Govern balear y la Obra Social de la Fundació la Caixa, según explicó el conseller Gabriel Vicens, que anunció «el inicio de una nueva etapa en la que se pretende que los espacios naturales sean también accesibles a los colectivos minoritarios».

El recorrido, habilitado en la finca pública de Binifaldó en Escorca, ha requerido una inversión de 74.000 euros aportados íntegramente por la entidad financiera La Caixa.

La senda, señalizada mediante una guía de madera se completa con carteles explicativos escritos en Braille y con autorrelieve que permiten identificar las distintas especies de la flora y fauna de la zona. Para el tacto y el olfato se han diseñado anillos selectivos y lanzadores táctiles que invitan a tocar la estepa (especie de la zona) o bien oler las hojas de romero o de tomillo.