Todos los años, los bunyolines dejan la ropa en el armario y se lanzan a la calle a disfrutar de su fiesta en paños menores. | Julián Aguirre

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Calzoncillos, bragas, sujetadores o calcetines predominan, por sexto año consecutivo, en la Correguda en roba interior de Bunyola con motivo de las fiestas de Sant Mateu. Una celebración que cada año obtiene mayor popularidad y presencia de gente llegada de toda Mallorca. Los vecinos de Bunyola se echan a la calle para participar en la que el propio alcalde de la localidad, Jaume Isern, define como una divertida fiesta de disfraces de verano, que además sale barata al municipio porque prácticamente no tiene coste alguno. Tras la traca de pólvora y humo que anuncia el arranque de la carrera, los participantes, más de 250 de todas las edades, sin prisas por llegar los primeros, comienzan a desfilar por las calles del pueblo arropados por los aplausos y risas del público que llena las aceras y se asoma a balcones y ventanas. La prueba no deportiva, sino más bien exhibicionista, tiene un recorrido de un kilómetro.