La XXXII Pujada a Lluc a Peu de la Part Forana tuvo un gran seguimiento. | J. Lladó

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Cansados, con los pies doloridos y con algún que otro bostezo. Así llegaron al santuario de Lluc los cerca de diez mil peregrinos que participaron en la tradicional Pujada a Lluc a Peu de la Part Forana, que organiza la Associació d'Antics Blauets y que este año celebraba su trigésimo primera edición.

La marcha se desarrolló sin incidentes destacables y con una meteorología favorable a los peregrinos. Dependiendo del municipio, los marxaires iniciaron su recorrido hasta el corazón de la Serra de Tramuntana entre la medianoche y las cuatro de la madrugada del domingo. La llegada al santuario, escalonada, se produjo a partir de las seis y media.

En esta ocasión fueron 38 los pueblos de Mallorca que participaron en la subida, uno más que el año pasado. Los itinerarios hasta Lluc también eran distintos según el pueblo de salida. Así, los peregrinos venidos de Esporles, Valldemossa, Bunyola, Sóller y Alaró arribaron por los embalses de Cúber y el Gorg Blau, mientras que los marxaires de los municipios del Raiguer, Pla y Llevant llegaron por Caimari. Los pollencins, por su parte, subieron por la carretera que conecta la población con Lluc.

Novedad

Una de las principales novedades de este año era la subida de los gegants llucmajorers Miquel y Càndida, que fueron portados por una treintena de personas.

Hacia las nueve de la mañana, cuando los peregrinos hubieron recuperado fuerzas con algo de comida y una taza de chocolate caliente, el presidente de la Associació d'Antics Blauets, Biel Ferragut, dio la bienvenida a los peregrinos. Después de las ofrendas a la Mare de Déu (flores y productos típicos de cada pueblo), el president Francesc Antich entregó una placa conmemorativa y la insignia de plata de los Antics Blavets a Joan Castanyer Coll, uno de los promotores de la subida a Lluc desde su pueblo natal, Sóller. La misa de peregrinos, en la plaza del Acolliment, comenzó a las nueve y contó con la actuación de la Coral d'Antics Blauets. A las 11, el obispo de Mallorca, monseñor Jesús Murgui, presidió la eucaristía solemne celebrada en la basílica.

Cabe señalar, asimismo, que el artista pobler Pep Cirer siguió la costumbre establecida y donó el cartel que diseñado este año para promocionar la subida.

A parte de un numeroso grupo de alcaldes, también subieron a Lluc el presiden del Govern (desde Caimari), el conseller de Salut i Consum, Vicenç Thomàs; el presidente del Partido Popular en Balears, José Ramón Bauzá; el portavos del PP en el Consell, Jaume Font, y el senador por Mallorca, el socialista Xavier Ramis, entre otros.