Joan Albertí, alcalde de Fornalutx, disfruta estos días de las fiestas de su pueblo. | Lluc Garcia

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Joan Albertí es el alcalde de Fornalutx desde hace siete años, aunque se puede decir que está en el Ajuntament desde la llegada de la democracia. Este año se enfrenta a las fiestas más polémicas de la historia del pueblo tras la presión ejercida contra el tradicional 'correbou'.

-El viernes empezaron las fiestas con el nombramiento de dos hijas ilustres y el de un hijo adoptivo. ¿Cómo se hizo la selección de estas personas?

-En cuanto a las hijas ilustres, surgió a partir de varios comentarios que habían hecho gente que conocía y había leído sobre su historia, así que me puse en contacto con las religiosas de La Pureza de María, quienes se alegraron mucho de la noticia, y lo propuse al Consistorio. A Pere A. Serra se lo propuse yo personalmente, y se alegró mucho.

-Han pasado muchos años desde el nombramiento del último y único hijo ilustre. ¿Qué requisitos debe cumplir una persona para recibir este reconocimiento?

-Debe haber destacado en algún aspecto de su vida. Este año han sido las fundadoras de La Pureza, pero soy consciente de que hay mucha gente en Fornalutx que lo merece y se hará durante los próximos años, porque es una manera de enriquecer la cultura del pueblo.

-Otro acto central de las fiestas es el 'correbou'. ¿Cree que el lunes puede haber problemas?

-Creo que no. Lo de la semana pasada fue una simple anécdota que para mí ya es historia. Quiero que la gente venga a disfrutar de las fiestas.

-¿Cuál piensa que es el futuro del 'correbou'?

-Eso depende, lo decidirá la gente, aunque creo que cuanta más presión haya en contra, la gente de aquí más querrá conservarlo. Sin embargo, pienso que es algo que se ha sacado de contexto, porque el toro empezó a traerse en los tiempos en los que había mucha miseria. En ese día, el toro se paseaba por el pueblo el día de la fiesta, incluso se llevaba a las casas donde había enfermos para que todos lo vieran, y ese día todo el mundo podía comer carne, que era algo excepcional. La gente comentaba si el verano había sido bueno o demasiado caluroso, dependiendo de lo gordo o flaco que estuviera el animal. Ahora lo que hacemos es un tributo al toro como símbolo del alimento que trajo al pueblo.

-¿Es éste el acto principal de las fiestas?

-En realidad, para mí el correbou no es el acto más importante, porque apenas dura unos 20 minutos. Pero estoy muy orgulloso del sopar a la fresca que organizamos y para el que ya se han agotado los 650 tickets que se habían preparado. Creo que la gente se lo pasará muy bien porque, entre otras cosas, tenemos preparada la presentación de un DVD en memoria de todos los agricultores que han trabajado nuestras tierras, y que se proyectará de manera permanente en el museo del aceite de oliva de Can Xoroi, para que la gente que nos visite conozca el proceso de fabricación tradicional del aceite.