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Después de una larga noche de verbena, a las diez de la mañana los Cossiers de Montuïri volvieron a ofrecer sus bailes en una plaza Major, esta vez, con menos presencia de jóvenes y muchas caras de sueño.

Poco a poco los bailes se volvieron repetir por las empinadas calles del pueblo, Mestre Joan , la Gallineta Rossa , el Obriu-mos, o El Rei no podia fueron algunas de las piezas que los jóvenes danzantes interpretaron un año más, y que según la historia se viene repitiendo ininterrumpidamente desde el año 1821.

La jornada de ayer fue aprovechada por muchos padres y abuelos con niños para poder ver con más facilidad los bailes y acercarse al Dimoni sin miedo a una escorretjada . Pero ayer, además de los Cossiers, el fuerte calor también quiso convertirse en protagonista de la jornada, y las calles y la plaza se llenaron de abanicos.

A las doce del mediodía comenzó l'Ofici solemne del patrón, donde más tarde los Cossiers interpretaron el baile de l'Oferta uno de los más vistosos y esperados por el pueblo, ya que se trata del único baile individual.

Larga espera

Después del baile, el gentío aguantó estoicamente bajo un sol de justicia, esperando los bailes encima del catafalco, un hecho que se retrasó por el acto de homenaje al Pare Martorell y que fue criticado por algunos vecinos. Incluso algunos, pasadas la una y media del mediodía, decidieron irse sin ver los bailes. Y es que en el catafalco esperaba otro baile diferente y que sólo se baila el día de Sant Bartomeu, el Mercançó.

En la jornada de ayer los Cossiers que tuvieron el honor de continuar y preservar la tradición del baile un año más fueron, Josep Canuto como Dama y los seis Cossiers, Toni Miralles Niell, Toni Miralles Martorell, Toni Sánchez, Tomeu Rafel Ginard, Tomeu Verger y Gaspar Mas.

En la fiesta, estuvieron presentes las autoridades locales y la consellera de Comerç i Indústria, Francesca Vives.