Imagen del exterior de la Capella y del interior durante la celebración de la Esperanza. En ella se celebran nueve misas al año, además de otros actos. | Assumpta Bassa

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Estos días se vive una auténtica revolución en Capdepera en el seno de la Iglesia desde que el rector de la localidad, Miquel Mulet, anunciara a sus fieles que el culto a la Capella del Castell y la fiesta de la Esperanza estaba en peligro. Un rosario de divergencias con el Ajuntament gabellí han levantado todo tipo de rumores y los más escépticos auguran que todo esto acabará como la processó de Maria. Lo que es cierto es que el panorama está emboirat y nadie va de sermones.

El Castell es propiedad del Ajuntament de Capdepera desde que fue cedido por los propietarios el año 1983 . Actualmente está gestionado por un Patronat en el que hay una amplia representación de la sociedad, todas las formaciones políticas, las asociaciones del pueblo, hoteleros, la tercera edad o escuelas participan en las decisiones. En el caso de la iglesia sólo tiene voz pero no voto. Decisión que está reflejada en la escritura de la donación.

La polémica no es reciente pero ahora ha salido a la luz. Se remonta al 2008 cuando se celebró un matrimonio homosexual en el atrio de la Capella. Paralelamente se celebró una misa, oficiada por un sacerdote, dentro de la capilla, en memoria de un familiar de uno de los contrayentes. Todo ello creó un revuelo y este hecho fue el detonante para que la iglesia pidiera voto para fijar los usos de la Capella.

Culto desde 1322

El rector, Miquel Mulet, explicó su versión de los hechos. «Este tema se ha llevado en silencio hasta ahora. Se han producido una serie de cuestiones con las que no estamos de acuerdo y por ello queremos tener voto dentro del Patronat. Queremos que no haya discriminación. Desde el año 1322 tenemos la responsabilidad de la capella y lo único que pedimos es que sea un Santuari Marià. No puede ser una sala multiusos como pretende el Ajuntament. O se destina a usos religiosos o que se cierre al culto. Así lo hice saber a la gente en el transcurso de una visita al Castell», explicaba el rector.

Por su parte, el presidente del Patronat, Mateu Garau, expuso que «desde hace dos años tenemos conversaciones con el vicario general por este tema. El castell es del pueblo y según la donación, la iglesia sólo tiene voz. El Obispado nos envió una propuesta de convenio con una serie de puntos. Pedían que todos los objetos de la Capella sean propiedad de la Iglesia lo que no estamos de acuerdo porque son del pueblo. Otro punto pedía que los usos sean competencia exclusiva del cura pero también se podrán celebrar actos promovidos por el Ajuntament». Garau añadía que «en abril remitimos nuestra propuesta de convenio. Invitábamos al cura a volver entrar en el Patronato puesto que él había renunciado, que se celebraran actos institucionales promovidos por el Ajuntament y que los usos religiosos serían competencia del rector. Propuesta que no han contestada». Otro tema es la recaudación de los cirios que van al Patronat y la iglesia quiere gestionarlos.

El Patronat ha pedido una reunión con el Obispado para esta semana para llegar a un acuerdo. «Tenemos buena predisposición. No queremos que se cierre al culto ni que se pierda la Esperança. Si lo deciden será de manera unilateral».